Sintió un contacto pegajoso en el cuello y se sobresaltó. Abrió la boca y ahogó el grito que ya escapaba. Instantes
después, algo serpenteaba por su espalda. Sus músculos maxilares y su garganta triunfaron en el intento de proseguir
silenciando el grito, no sin hacer acopio de fuerzas, en una contención sin
precedente. Se hallaba en una cena muy formal con su muy recatada familia política, y se obligaba a mantener
un protocolo.
El sudor le perlaba la frente y movía nervioso los pies, con la esperanza de hallar de inmediato el momento de salir a la calle y desprenderse de aquella masa informe, de ese enemigo o fenómeno enigmático y tal vez mortal. Sin embargo, respiró hondo y con disimulo echó la cabeza hacia atrás.
Pasados unos segundos que parecían horas, sus orejas volvieron a sentir por detrás la textura pegajosa y templada.
Cuando su cuerpo se giraba ya dejándose caer en un incipiente desmayo, sintió a través de sus ojos y sus oídos la relajación de todas sus neuronas. Fue al ver los deditos de su hijo pequeño, untados de mermelada, y escuchar su inconfundible risita.
Es buenísimo : )
ResponderEliminarBesos de anís que te alegran el corazón.
Gracias,Sara. Otro beso para ti, de gin tonic afrutado. ;)
EliminarNo me esperaba ese final,pero ahora sonrío!!
ResponderEliminarGracias por pasar por mi blog
Te sigo
Besucos
Gó
Gó,gracias. Sí, lo interesante de los cuentos son los finales inesperados. Te remito al post anterior,... jaja
EliminarDiana, bienvenida a la blogosfera. Las letras son mágicas, sabes que nos ayudan a incentivar la imaginación y además nos facilitan encontrar ese equilibrio interior entre mente y corazón, que todos buscamos. Tu relato es ameno, interesante y entrañable.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo.
Mª Jesús,encantada de conocerte por esta vía virtual que ahora tenemos la suerte de disfrutar. Mantuve un blog desde el 2007 varios años, disfruté a rabiar con él. Después los blogs fueron a la baja. Ahora parece que han resurgido. Chin chin.
EliminarDiana, que alegría me dio cuando llegue al final de tu relato, no me esperaba ese maravilloso final.
ResponderEliminarFeliz tarde de Domingo.
Un cálido abrazo.
Cristina! Qué alegría tu visita, de verdad.
Eliminar... Hasta pronto
El niño se lo habrá pasado bomba.
ResponderEliminarLa madre tiene una imaginación algo trágica.
Me ha gustado tu cuento. Creo recordar que de "enano" yo hubiera podido hacer eso.
Gracias por tu visita, Guille. Tres ideas estupendas.
ResponderEliminarQue sepas que tengo mas...ideas, digo.
ResponderEliminarQué bien puesto el cuento en la realidad y lo onírico
ResponderEliminarGracias por tu valoración, Carlos.
Eliminar